Divina Commedia



Divina Commedia

Nel mezzo del cammin di nostra vita...
Inferno - Alto Inferno
Inferno - Basso Inferno
Inferno - Frode
Inferno - Tradimento
Purgatorio - Porta del Purgatorio
Purgatorio - Cattivo Amore
Purgatorio - Amore Incontrollato
Purgatorio - Paradiso Terrestre
Paradiso - Cielo dei Pianeti
Paradiso - Cielo delle Stelle Fisse
Paradiso - Cielo Cristallino
Paradiso - Empireo

Divina Commedia es un grupo de tres sinfonías que describe el viaje de Dante a través del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso. La Sinfonía del Infierno está en Si Menor. La Sinfonía del Purgatorio está en Mi Menor. La Sinfonía del Paraíso está en Do Mayor.




Pintura original


La Barque de Dante - Eugène Delacroix


Inferno en Si Menor

Inferno – Primer Movimiento: Alto Inferno

Dante se encuentra en el bosque oscuro y es atacado por tres fieras que simbolizan las tres pasiones: lujuria, soberbia y avaricia. Finalmente aparece Virgilio el poeta, mandado por Dios, y se va con él. Virgilio será su guía a través del Infierno y el Purgatorio.
Llegan a las puertas del Infierno, donde está la inscripción que dice “Abandonad toda esperanza aquellos que entréis aquí”. El Infierno tiene forma de un cono invertido, y tiene nueve círculos. En el vestíbulo se encuentran a las almas que vivieron sin virtudes ni vicios, a quienes pican los insectos. Llegan al río Aqueronte, donde está Caronte el barquero, el que transporta las almas.
Así llegan al Limbo, el primer círculo del Infierno. Allí se encuentran las almas virtuosas e inocentes de los que no pudieron ser bautizados. Se encuentran a guerreros ilustres, poetas y sabios. Es aquí donde reside Virgilio. Más adelante se encuentran con Minos, el juez de los muertos, el que decide a qué círculo van los condenados.
Tras pasar a Minos llegan a Lujuria, el segundo círculo del Infierno. Los lujuriosos van errantes azotados por un gran viento. El tercer círculo es Gula, donde están los glotones, cuya pena consiste en estar metidos en el fango, atormentados al mismo tiempo por una fortísima lluvia mezclada con granizo. Están guardados por el Cancerbero, que con sus ladridos les molesta y les aflige.
El cuarto círculo es el de Avaricia. Se encuentran los avaros, que acumularon posesiones, y los pródigos, que las derrocharon. Ambos empujan grandes pesos en dirección contraria, por lo que chocan unos contra otros eternamente. Se encuentran con el retrato de la Fortuna. El quinto círculo es el de la Ira. Aquí los irascibles están en la pantanosa laguna Estigia, golpeándose y mordisqueándose unos a otros. También se encuentran aquí los perezosos, que están bajo el agua y hundidos en el lodo. Flegias los lleva al otro lado de la Estigia.

Inferno – Segundo Movimiento: Basso Inferno

            Llegan a la ciudad de Dite, y los demonios les cierran las puertas. Se le acuden tres furias a los poetas y les amenazan. Finalmente, un ángel acude y les abre las puertas. Así llegan al sexto círculo: Herejía. Los herejes están metidos en sepulcros de fuego.
            Llegan al séptimo círculo: Violencia. Se encuentran al Minotauro, que guarda el círculo. Este círculo está dividido en tres recintos. El primer recinto es el de los violentos contra otros, castigados en el río Flegetonte, un río de sangre hirviendo. El centauro Neso ayuda a Dante a pasar el Flegetonte. El segundo recinto es el bosque de los suicidas, donde se encuentran los violentos contra ellos mismos, los suicidas, convertidos en árboles, ya que es injusto volver a darles a estas almas lo que se han quitado ellas mismas. Los árboles son una metáfora de la mente de los suicidas. Los disipadores son perseguidos por perros. En el tercer recinto se encuentran los violentos contra Dios, la Naturaleza y la Sociedad es decir, blasfemadores, sodomitas y usureros. Se encuentran en un desierto ardiente con una lluvia de llamas. Los blasfemadores están echados en la arena, los usureros sentados y los sodomitas deambulan en grupos.

Inferno – Tercer Movimiento: Frode

            Al llegar al borde del abismo donde está el octavo círculo ven a Gerión, imagen del Fraude, quien les conduce hacia el siguiente círculo. El octavo círculo es el de Fraude. Se divide en diez fosas concéntricas llamadas Malasbolsas o Malebolge.
            En la primera fosa se encuentran los rufianes y seductores, que son azotados por los demonios. En la segunda fosa se encuentran los aduladores y los cortesanos, que están sumergidos en un foco de inmundicia. En la tercera fosa se encuentran los simoníacos, que tienen sus cuerpos enterrados en una fosa cabeza abajo, y sus piernas son devoradas por las llamas. En la cuarta fosa están los adivinos, que caminan hacia atrás con la cabeza vuelta al revés. En la quinta fosa se encuentran los traficantes de la justicia, que están sumergidos en un lago de pez hirviendo. Los demonios, armados de arpones, van a atacar a los poetas, pero por orden de su jefe, les dejan paso. Estos demonios son los Malebranche, cuyo líder es Malacoda.
            En la sexta fosa se encuentran los hipócritas, que andan inclinados bajo el peso de unas capas de plomo, doradas en el exterior. El la séptima fosa se encuentran los ladrones, que se ven mordidos por serpientes. En la octava fosa se encuentran los malos consejeros, que están convertidos en llamas. En la novena fosa se encuentran los autores de escándalos, cismas y herejías, que se ven acuchillados sin cesar por la espada de un demonio. En la décima fosa se encuentran los charlatanes y falsarios, perjuros, alquimistas, falsificadores e imitadores, que están enfermos de lepra. Hay tres clases de falsarios. Los que toman el nombre o el aspecto de otras personas van persiguiéndose a mordiscos. Los monederos falsos están atacados de hidropesía y una sed inextinguible. Los calumniadores están devorados por la fiebre.

Inferno – Cuarto Movimiento: Tradimento

            Al salir del octavo círculo se encuentran con diversos gigantes. El gigante Anteo, cogiendo a los poetas en sus brazos, los lleva al fondo del noveno círculo. Finalmente llegan al noveno círculo, el círculo de la Traición. Es el círculo más bajo del Infierno. Se divide en cuatro recintos, donde se castigan a cuatro clases de traidores. Todos están sumergidos en el congelado lago Cocito. Los traidores se diferencian de los fraudulentos por el hecho de que sus acciones envuelven el engañar a alguien con quien se tiene una relación especial.
            El primer recinto es la Caína, el de Caín el fratricida. Aquí están los que han sido traidores a sus parientes. Están inmersos en el hielo hasta el cuello. El segundo recinto es la Antenora, en honor a Antenor de Troya, quien traicionó a su ciudad a favor de los griegos. Se encuentran aquí los traidores a su patria, y están inmersos en el hielo hasta la cintura, con la parte superior del cuerpo expuesta a los vientos fríos infernales, con la cara hacia arriba.
            El tercer recinto es la Ptolomea, en honor a Ptolomeo, hijo de Abobi, quien invitó a Simón Macabeo y a su hijo a un banquete y después los mató. Son los traidores a sus amigos y huéspedes. Eran recostados con la parte posterior del cuerpo sumergido en el hielo. El cuarto recinto es la Judeca, donde están los traidores a sus amos y benefactores, completamente inmersos en el hielo. Debe su nombre a Judas Iscariote.
En el corazón de la Judeca se encuentra Lucifer, inmerso en una capa de hielo hasta la cintura. Es un enorme trifronte que, con su tremenda boca mastica continuamente a los tres mayores traidores de la historia: Cayo Casio Longino y Marco Junio Bruto, traidores del César y, en la boca central, Judas Iscariote, el traidor de Jesús.
Finalmente, salen del Infierno y ven las estrellas.

Purgatorio en Mi Menor

Purgatorio – Primer Movimiento: Porta del Purgatorio

            Al salir del Infierno, ven las estrellas y el amanecer. Se encuentran en una isla, y ven el mar. Allí hallaron a Catón de Útica, que les permitió subir al Purgatorio. Virgilio le lavó a Dante el rostro para purificarlo y le puso un cinturón de junco. Al salir el sol ven una barca con almas deslizarse por el mar, conducida hacia el Purgatorio por un ángel. Así llegan al Purgatorio. Los dos poetas se preparan para subir la montaña del Purgatorio, cuyo camino es muy penoso. Se encuentran con los negligentes, los que han esperado hasta la muerte para arrepentirse. También se encuentran a los que, habiendo muerto violentamente, tuvieron tiempo de arrepentirse y de reconciliarse con Dios. También se encuentran a los negligentes que ofuscados por el poder y los honores tardaron en arrepentirse. Llega la noche y las almas entonan un himno. Cuando Dante despierta tras dormir la noche, se encuentra transportado al tercer rellano de la montaña, donde Virgilio le muestra la Puerta del Purgatorio. El ángel que guarda esa puerta la abre, y así entran al Purgatorio.

Purgatorio – Segundo Movimiento: Cattivo Amore

            El Purgatorio está dividido en siete gradas o terrazas. Las cuatro primeras hacen referencia al mal amor, un amor que llega a herir a la persona amada, tanto el amor pervertido y doloroso de las tres primeras gradas como al amor deficiente de la cuarta grada.
            La primera grada es la de la Soberbia o el Orgullo, donde hay esculturas y grabados con ejemplos de humildad y también de soberbia castigada. Los orgullosos soportan pesados fardos, y han sido doblados por el peso de enormes piedras en sus espaldas. La segunda grada es la de la Envidia, donde oyen voces de espíritus invisibles que recomiendan la caridad. Las almas de los envidiosos están recitando las letanías de los santos. Están cubiertas de un cilicio y tienen los párpados cosidos con alambre.
            La tercera grada es la de la Ira. Ejemplos de mansedumbre son mostrados a Dante como visiones. Las almas de los iracundos caminan en humarolas de acre, esto simboliza el cegador efecto del enojo. Llegan a la cuarta grada, la de la Pereza. Los perezosos están condenados a realizar trabajos incesantes, como correr.

Purgatorio – Tercer Movimiento: Amore Incontrollato

            Las tres últimas gradas hacen referencia al amor excesivo o desordenado por las cosas buenas. La quinta grada es la de la Avaricia. Los avaros yacen boca abajo en el suelo sin posibilidad de moverse. La montaña tiembla y las almas entonan Gloria in Excelsis, algo que pasa cada vez que un alma termina su purificación.
            La sexta grada es la de la Gula. Los glotones, extenuados de hambre y sed, mascan el aire. Llegan a un árbol maravilloso. Finalmente, un ángel les indica el camino a la siguiente grada. La séptima grada es la de la Lujuria, donde los lujuriosos se encuentran en las llamas. Aconsejados por un ángel, los poetas atraviesan las llamas y llegan a las últimas gradas. Finalmente, llegan a la cumbre de la montaña del Purgatorio, donde Virgilio le deja a Dante en libertad de hacer lo que quiera sin pedirle permiso.
  
Purgatorio – Cuarto Movimiento: Paradiso Terrestre

            Allí en la cumbre los poetas se adelantan hacia la selva del Paraíso Terrestre o Jardín del Edén, donde se paran en el río Leteo. En la orilla opuesta ven a Matilde, que iba cantando y cogiendo flores. Siguiendo con Matilde, aparece una procesión en donde iba un carro triunfal arrastrado por un grifo, que se detuvo ante Dante.
            Aquí estaba Beatriz, el amor platónico de Dante. Virgilio se va, pues su trabajo ha terminado. Beatriz reprende a Dante, que después, volviéndose hacia los ángeles, se lamenta de la vida que ha tenido abusando de los dones de la Naturaleza y de la gracia. Dante responde a Beatriz con la confesión de todas sus culpas, tras lo cual se desmaya. Matilde sumerge a Dante en el Leteo y le hace beber de sus aguas.
            Dante sigue a Matilde a la gloriosa procesión y llega a un árbol altísimo. Finalmente, guiado por Matilde, bebe las dulces aguas de Eunoe, y es purificado. Tras esto, ya puede subir a las estrellas.

Paradiso en Do Mayor

Paradiso – Primer Movimiento: Cielo dei Pianeti

            El Paraíso es un mundo inmaterial, etéreo, dividido en nueve cielos. Los primeros siete cielos llevan el nombre de cuerpos celestes del Sistema Solar. Así, Dante sube al cielo tras haber sido purificado, y ahora su guía es Beatriz. La jerarquía es que los primeros cielos están más alejados de la gloria de Dios. Los cielos son nombrados como esferas.
            La primera esfera es la de la Luna. Allí están los inconstantes, las almas que no cumplieron enteramente los votos hechos a Dios, por lo cual, gozan de menor grado de gloria. Ven la Mansión de los Bienaventurados. La segunda esfera es la de Mercurio, donde se encuentran los ambiciosos, quienes hicieron el bien por el deseo de adquirir fama, pero quienes debido a su ambición fallaron en la virtud de la justicia. Llegan a la tercera esfera, la de Venus, donde están los amantes, las almas inclinadas al amor, pero fallaron en la templanza. Sucede una exposición del orden con que Dios creó el Universo.
            La cuarta esfera es la del Sol. Se encuentran aquí los sabios, quienes ayudaron a iluminar el mundo intelectualmente. Las almas forman una corona y dan vueltas cantando. La quinta esfera es Marte, donde están los guerreros de la fe, quienes dieron su vida por Dios. Las almas están dispuestas en forma de cruz griega, comparación con la Vía Láctea. La sexta esfera es la de Júpiter, donde se encuentran los buenos gobernantes, los que han administrado rectamente la justicia. La séptima esfera es la de Saturno, y se encuentran los contemplativos, quienes se dedicaron a la vida contemplativa.
            Finalmente, Dante sube al cielo estrellado, desde donde dirige la vista a los planetas y a la Tierra.

Paradiso – Segundo Movimiento: Cielo delle Stelle fisse

            Tras pasar la séptima esfera, Saturno, llegan a la octava esfera, el Cielo estrellado o Cielo de las estrellas fijas. Representa la fe, la esperanza, y el amor. Jesucristo y la Virgen María descienden de lo alto, rodeados de innumerables ángeles y santos. El arcángel Gabriel desciende en forma de llama y corona a María, la cual, después de Jesucristo, vuelve a subir al Empíreo.
            San Pedro le hace algunas preguntas a Dante respecto a la Fe. El apóstol Santiago examina a Dante sobre la Esperanza. San Juan Evangelista le dice que sus restos mortales quedaron en la Tierra. Finalmente, San Juan examina a Dante acerca de la Caridad. La examinación continúa en el siguiente movimiento.

Paradiso – Tercer Movimiento: Cielo cristallino

            A sus respuestas aplaude toda la Corte Celestial gritándole tres veces “¡Santo!”. Dante ve a Adán. Finalmente, Dante sube con Beatriz al siguiente cielo.
            La novena esfera es el Cielo Cristalino o Primer Móvil. El Primer Móvil es la mayor esfera del universo físico. Dios la mueve directamente, haciendo que por reacción a su vez se muevan todas las otras esferas que alberga. El Primer Móvil es la morada de los ángeles, y allí ve Dante a Dios como un intenso punto de luz rodeado de nueve anillos de ángeles. Beatriz explica la creación del universo, y el papel de los ángeles, terminando con una severa crítica a los predicadores de entonces. Dante anuncia que se le ha permitido ver la esencia divina.

Paradiso – Cuarto Movimiento: Empireo

        Finalmente suben a la décima esfera, el Empíreo. Es una región que está más allá de la existencia física. Es la morada de Dios. Beatriz, que representa la teología, se hace en este lugar más bella que nunca, y Dante se ve envuelto por la luz, de modo que es capaz de ver a Dios.
Dante ve claramente el triunfo de los ángeles y de las almas bienaventuradas. Beatriz le hace contemplar la magnitud de la Ciudad de Dios. Mientras tanto, Dante contempla la forma general del Paraíso. San Bernardo guía al poeta. Dante ve la rosa celestial, que simboliza el amor divino, cuyos pétalos son las almas entronizadas de los fieles de los Testamentos. A su alrededor hay ángeles volando como abejas, distribuyendo paz y amor. Beatriz sube a ocupar el asiento que le corresponde en la rosa celestial.
Por último, Dante entra en contacto directo con Dios, quien aparece como tres círculos idénticos que ocupan el mismo espacio, los cuales representan al Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Dentro, ve la forma humana de Cristo. Dante trata de entender cómo los círculos logran encajar, y cómo la humanidad de Cristo se refiere a la divinidad del Sol. Tras un rayo de comprensión, que el poeta no puede explicar, Dante entiende, y su alma entra en total armonía con el amor divino.